A lo largo de la historia de
México han existido muchos presidentes, unos que destacaron más que otros por
ciertas labores ejercidas durante su gobierno. Desde mi punto de vista uno de
los presidentes más importantes ha sido Lázaro Cárdenas.
Lázaro
Cárdenas
Ejerció el gobierno entre septiembre de 1928 y septiembre de 1932, con
algunos periodos de licencia para desempeñar temporalmente otros cargos
políticos.
Como gobernador, a cambio de dejar las armas, ofreció amnistía a los
cristeros sublevados por la iglesia católica que pretendía impedir la
aplicación de los artículos 3º, 27 y 123 de la Constitución, lo que debilitó la
rebelión cristera en Michoacán.
Para obtener apoyo popular activo para las reformas
sociales que se proponía realizar, se dedicó a escuchar al pueblo, en especial
a los grupos más pobres; estimuló la formación de agrupaciones obreras y
campesinas; unificó y reorganizó a las fuerzas políticas, e impulsó la creación
de la Confederación Regional Michoacana, que agrupó a la mayoría de campesinos
y obreros de la entidad; también promovió la organización de los maestros para
que se convirtieran en los agentes de la transformación social.
Así inició el reparto agrario, a pesar de la
resistencia del presidente Calles, de los hacendados y aun de los propios
peones acasillados que temían romper su dependencia del patrón. Además, agilizó
los trámites legales de dotación de tierras y estableció créditos agrarios de
refacción; pugnó por la jornada laboral de ocho horas, el salario mínimo y la
asistencia médica; estableció la obligación de crear escuelas en las haciendas
y combatió el fanatismo religioso y el alcoholismo. Por estas acciones revolucionarias
a favor de los de abajo, “su prestigio pasó de boca en boca, como un corrido
popular”.
El 15 de octubre de 1930, dejó la
gubernatura de su estado para asumir la presidencia del Partido Nacional
Revolucionario (PNR), y dirigir la campaña presidencial del ingeniero PascuaI
Ortiz Rubio, quien al año siguiente, lo nombró secretario de Gobernación por
poco más de un mes. En octubre de 1931 reanudó sus labores como gobernador de
su estado hasta concluir su mandato.
El 8 de diciembre de 1933, Cárdenas inició en Querétaro una exhaustiva
campaña que llegó a los lugares más apartados, nunca antes visitados por un
candidato a la presidencia: “Yo soy quien debe ir a ellos, ya que ellos
no pueden venir a mí”. Casi sin dormir recorrió casi 27,000 kilómetros
escuchando a la gente para entender sus problemas y obtener apoyo para las
reformas que se proponía realizar, ahora en el país. Viajó por todos los medios
de transporte disponibles en la época, aun a pié. Y usó todo tipo de propaganda
para hacer llegar su mensaje, desde la radio y el cine, hasta los botones,
carteles y banderines.
Al celebrarse las elecciones el 4 de julio de 1934, Cárdenas emitió su
voto personal a favor de Tomás Garrido Canabal. Los resultados electorales
fueron de 2,225,000 votos para Cárdenas del PNR (98.19%); y para Antonio I.
Villarreal de la CRPI, sólo 24,395, el 1.07% de la votación. Cifras aun menores
correspondieron a Adalberto Tejeda del PSI con 16,037 votos y a Hernán Laborde
del PCM con 569 votos. Los candidatos derrotados denunciaron fraudes e
irregularidades cometidos por el PNR, pero su protesta no tuvo mayor
trascendencia.
El gobierno de Cárdenas se inició en un ambiente internacional marcado
por la depresión económica y la posibilidad de una nueva conflagración mundial.
En primer lugar, la depresión provocó, a nivel general, la intervención
económica y social del Estado a favor del bienestar social de las masas
empobrecidas por la crisis de 1929, intervención que coincidió con la ideología
de la Revolución Mexicana de que el Estado debía ser un instrumento de progreso
y de justicia social, con lo cual disminuyó la sospecha de que en México
dominaba el “bolcheviquismo”; además, la contracción de los mercados
internacionales, obligó a los países exportadores como el nuestro, a basar más
su crecimiento económico en la expansión de su mercado interno. En segundo
lugar, la “política del buen vecino” de los Estados Unidos que privilegiaba la
negociación sobre la fuerza, así como la inminencia de una nueva guerra mundial
permitió mayor libertad de maniobra a los gobiernos nacionalistas que
pretendían recuperar sus recursos naturales para sus naciones, pues alejaba la
posibilidad de una respuesta armada de parte de las potencias afectadas, las
cuales, en ese momento, estaban más ocupadas en prepararse para un esfuerzo
bélico de dimensiones mundiales. En tercer lugar, la situación estratégica de
México respecto a Estados Unidos, motivó la injerencia del nazifascismo en los
asuntos internos de México mediante el patrocinio de movimientos de derecha que
buscaban derrocar al gobierno cardenista y sustituirlo por otro más afín a los
intereses del Tercer Reich.
Toda la anterior información recabada en este documento pertenece a la
página “memoriapoliticademexico.org”. Decidí no cambiar información alguna ya
que me pareció muy completa y especifica, lo único que hice fue resumirla y
tratar de tomar los aspectos más importantes.
FUENTES
UTILIZADAS
Ø
Lázaro Cárdenas del Rio (en línea)
http://www.memoriapoliticademexico.org/Biografias/CRL95.html
Recuperado el 11 de
abril de 2016
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