“El pueblo es quien quiere
cambiar su entorno y es el pueblo el que determina el cambio.”[1]
“La
clase rural mexicana de los principios del siglo XX, anémica, despreciada,
humillada y envilecida fue protagonista fundamental y sin quererlo ni saberlo,
en ella se habría de sustentar una revolución en el territorio mexicano. El
grito de ¡Abajo el mal gobierno! resonó en todo el país. Se inició un
movimiento armado descontrolado que paulatinamente fue encontrado su cauce en
los avances de la guerra: ‘la Revolución mexica’, que transformo al país.”[2]
Al
analizar la Revolución Mexicana con profundidad las personas se empezaron a dar
cuenta de que esta no ofrecía ninguna solución a sus problemas. Esto dio como
resultado que algunos mexicanos comenzaran a menospreciar el movimiento y por
ende este se volviera menos “popular”.
Se cuestionaron los principios de la Revolución Mexicana así como los
objetivos del movimiento.
Entre
los cambios significativos que se dieron entre 1910 a 1920 fue el hecho de que
la población pasó de ser de 15 millones a ser sólo de 14 millones de
habitantes.
En
el siglo XX en el territorio mexicano existe una inconformidad en cuanto a la
forma de gobierno de entonces. La cual se empieza a manifestar poco a poco sin
tener el valor de manifestarse abiertamente. Debido a esa inconformidad se da
la creación de nuevos grupos políticos con propuestas de cambio para así
combatir de cierta forma al malo gobierno que los aqueja.
Se
crean planes y programas políticos con el fin de dar una solución a los
problemas del pueblo y la sociedad, como los problemas políticos y agrarios, la
educación y la situación de los trabajadores.
El
Partido Liberal Mexicano conformado por Ricardo y Enrique Flores Magon, Camilo
Arriaga, Antonio Díaz Soto, y Juan Sarabia exigían reformas constitucionales y
que abordaran el problema agrario, el social y el obrero en particular, así
como las relaciones del Estado y la Iglesia.
“Con
la llegada de la Revolución mexicana que significó una vuelta de timón en la
política mexicana, siguió conservando el sistema tributario anterior,
destacando en primer lugar los impuestos indirectos establecidos para el
comercio exterior y los impuestos alcabalatorios,123 de los cuales se percibía
baja recaudación. El gobierno postrevolucionario sostenía mayor participación
del Estado en las actividades económicas, evitando con ello el liberalismo a
ultranza. Además comenzó a verse al petróleo como una fuente importante de
financiación para el gobierno mexicano y se generaron nuevos impuestos al
petróleo, 124 generándose hasta nuestros días la petrolización del sistema
tributario mexicano. “[3]
Cabe
destacar que debido a la heterogeneidad de los representantes revolucionarios
impidió que se lograra la unidad entre las distintas facciones y cuando por fin
los líderes se enfrentaron, los convencionistas tuvieron que tomar partido y
desbandarse. Obregón, el más importante de ellos, siguió a Carranza y resultó
ser el militar más hábil de la revolución, como lo demostró al derrotar a Villa
en Celaya, Trinidad, León y Aguascalientes, entre abril y agosto de 1915
El
logro mas conocido o mas importante de la Revolución Mexicana fue la creación
de “manera formal” de los derechos sociales, como las condiciones dignas de
vida de los obreros y trabajadores. Dentro de estas últimas se encuentra el
empleo de fuerzas productivas de trabajo y la sobreexplotación de la misma.
La
Constitución de 1917 fue el principio de una nueva etapa en el desarrollo del
país, su trascendencia radica en ser la base sobre la cual habría de reformarse
el sistema legal mexicano y por ello, para los líderes del constitucionalismo,
significaba la oportunidad histórica de hacer permanentes la mezcla de ideales
y aspiraciones que había levantado el
movimiento armado durante la segunda
década del siglo XX.
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